Que la
verdad es un valor supremo de la democracia es un hecho que no admite discusión
y, precisamente, es bien venido aquella
máxima: “la verdad os hará libres”, lo que quiere decir que la mentira
esclaviza a los seres y en este mundo individualista, consumista y depredador, millones de personas han vivido esclavizados
de la mentira, particularmente aquellos que se llenan la boca de democracia,
pero sus prácticas dicen todo lo contrario.
Bajo estas
consideraciones, en la actualidad, los
gobiernos de Estados Unidos, incluido el actual, continúan actuando bajo
lineamientos de la misma premisa, bajo lineamientos de la mentira,
procurando acabar con revoluciones, procurando liquidar gobiernos que no se
someten a sus arcaicas políticas internacionales, procurando terminar de
domesticar a grupos de centro izquierda y reforzar, a través de varias
alianzas, a los regímenes neocoloniales y conservadores.
El hecho más
reciente de comprobar políticas antidemocráticas por parte del imperio es que la
reciente visita a Taiwan de Nancy Pelosy, presidenta de la Cámara de
Representantes estadounidense, ha reavivado la confrontación entre el China y
Estados Unidos.
Las autoridades
chinas consideraron a la reunión como
una “seria violación de su soberanía
nacional” y un desafío a su principio de
“una sola China”.
Taiwan se ve
asimismo como un país independiente mientras que para China no es más que una
“provincia rebelde”.
Si se
analiza más a fondo la realidad del problema, Estados Unidos intenta recurrentemente intensificar
la escalada alrededor de Taiwán.
Y con el fin de proteger a sus aliados, el Pentágono decidió enviar una flota
de combate al estrecho de Taiwán.
Paralelamente a este hecho, China expresa su disposición de defender su soberanía sobre la isla de Taiwán, mientras tanto, la participación militar activa de los Estados
Unidos y la venta de armas estadounidenses a Taiwán aumentan el riesgo
de un conflicto sobre la isla.
Un posible
conflicto bélico dejaría muerte y destrucción de ambos lados. La reflexión que
a continuación se examina es que Taiwán se encuentra en una posición poco
envidiable, pero defender a la isla a
riesgo de una guerra con China sería una decisión descabellada tanto para
Taipei como para la Casa Blanca, especialmente
porque Taiwán casi ,
seguramente, puede desaparecer como sujeto de
relaciones económicas de la clase
mundial, y frente a esta posible situación, el imperio hará todo lo que sea necesario para
llevar a cabo toda clase de
hostilidades, como de costumbre, para no comprometerse ellos, sino a manos de
otras personas.
También,
recodemos la visita que hicierad el ex - secretario de Estado de Estados Unidos
Mike Pompeo, a la ciudad taiwanesa de Kaohsiung, en donde se observó claramente
que no fue beneficiosa la visita para las relaciones entre Estados Unidos y
China.
El
representante estadounidense, hablando en el foro empresarial global dijo que
“Taiwan no necesita declarar su independencia, ya que ya la posee”, arrogante
pronunciamiento, pese a que Washington
siempre ha enfatizado que Estados Unidos
apoya la política de “una China”.
Pompeo dijo,
también , en el foro, estar orgulloso del hecho de que , como Secretario de
Estado, ha llevado a cabo un acercamiento entre el público y el gobierno de Estados Unidos, así
como a reconocer la “realidad simple:
una política diplomática y soberana de Taiwan”.
E ahí, una vez más, la política de doble rasero, que
les beneficia y les interesa, que lleva
a cabo Estados Unidos, interpretando a su antojo los eventos
de una manera favorable para
Washington y aumentando las tensiones en
las relaciones entre Estados Unidos y
China para socavar la autoridad de Beijing en el ámbito
internacional.
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