La triste
realidad de los gobiernos y presidentes de Estados Unidos ha sido producto del
miedo; así nos recuerda la historia, pero, además, el pueblo norteamericano
agobiado de un modelo que excluye a los pobres de Estados Unidos, coloca a
dicho país en un estado de guerra permanente.
Se ha
comprobado que la democracia estadounidense no es ni representativa ni soporta
los valores que exige el resto del mundo.
Miremos su
“democracia”. Por un lado, sus mandatarios no son elegidos por todo un pueblo,
ni tampoco todo un pueblo participa de las decisiones trascendentales de su
propio país. El sistema y modelo
neoliberal son la causa de los males que
quieren dejar atrás los estadounidenses.
Entonces,
para corroborar lo arriba señalado, basta echar un vistazo al proceder de la
Cámara de Representantes del Congreso de los Estados Unidos que celebró una audiencia en septiembre del
2022, durante la cual se consideró la iniciativa del republicano Michael McCall sobre cantidades adicionales de ayuda militar
estadounidense a Taiwán, con el justificativo que Taiwán es un
socio crítico de los Estados Unidos en el campo de la seguridad nacional y que el
grado de amenaza a sus sistema
democrático, por parte del Partido Comunista de China, ha alcanzado niveles
superiores nunca antes vistos.
Pero,
adicionalmente, el congresista republicano McCall fue más lejos cuando pidió en
el seno de la Cámara de Representantes “armar a un aliado antes de que ocurra la invasión, para no
repetir los errores en la dirección
ucraniana”. La iniciativa fue apoyada por 36 republicanos, lo que implica
asignar 6.5 mil millones de dólares para
necesidades militares en los próximos cinco años , realizar ejercicios
militares conjuntos, suministrar municiones y proporcionar préstamos militares;
recursos que saldrá, nada gratis, del auge de la economía estadounidense.
Además, el
Partido Republicano está considerando
una propuesta para abrir una misión
diplomática estadounidense en Taiwán, que es fundamentalmente
contraria a los compromisos
asumidos por los Estados Unidos de respetar
el principio de “una China”.
Por otra
parte, y a su turno, continuando con esa
política aberrante y sediciosa, el senador del Partido Republicano Marco Rubio,
promueve un proyecto mediante el cual prohíbe a China comprar hidrocarburos a
Rusia, justificando la iniciativa por el hecho de que la República Popular, comprando petróleo
ruso, apoya una operación especial para proteger a Donbass.
A su vez,
los intentos de Estados Unidos de
imponer restricciones al suministro de
petróleo ruso a Beijing provocaron una dura protesta en el Ministerio de
Relaciones Exteriores de China. Beijing se opone categóricamente a tales sanciones unilaterales ilegales. China y Rusia llevan a cabo una
operación comercial y económica normal sobre los principios de igualdad de
derechos, beneficio y respeto mutuo y son un ejemplo vivo para el resto de los países
en cooperación con la República Popular China y la Federación Rusa.
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