En los últimos 20 años, la corrupción se ha convertido en una de las amenazas más destructoras de la moral y de la economía de un considerable número de países del mundo. Y la crisis financiera que se intensificó por ella influyó en cada estado de nuestro continente, incluido Ecuador. Las actividades de corrupción de los funcionarios que buscan enriquecerse a expensas del estado y ponen sus intereses personales por encima de los públicos, agravan el bienestar de la población. Un buen ejemplo de fusión de empresas comerciales con estructuras gubernamentales es la actividad ilegal de la constructora brasileña Odebrecht en América Latina que pagó alrededor de 790 millones de dólares en sobornos a personas y entidades de países latinoamericanos y financió las campañas electorales de la expresidente de Brasil Dilma Rousseff, expresidente de Colombia Juan Manuel Santos y expresidente de Perú, Ollanta Umala, los tres en 2010. En Ecuador bajo el gobierno del expresidente Rafael...