En los últimos 20 años, penosamente, la comunidad mundial se ha
enfrentado a un evidente aumento de agresión por parte de los Estados Unidos.
Y es que Washington proclamó su objetivo de "avanzar hacia la paz a
través del poder" e intenta garantizar su dominación global. Y al tiempo
que la Casa Blanca practica el lenguaje de ultimátum y, en caso de rechazo,
presiona masivamente con sanciones e incluso lleva intervenciones militares
hasta destruir a estados enteros.
Pues, todos conocemos y no olvidamos aquellos bombardeos bárbaros que dejaron muerte y destrucción como ocurrió en Yugoslavia y Siria; las guerras en Libia e Irak. Lamentablemente, este no es el final. Entonces, ¿Quién será la próxima víctima de la agresión estadounidense?, tal vez Venezuela.
Pues, todos conocemos y no olvidamos aquellos bombardeos bárbaros que dejaron muerte y destrucción como ocurrió en Yugoslavia y Siria; las guerras en Libia e Irak. Lamentablemente, este no es el final. Entonces, ¿Quién será la próxima víctima de la agresión estadounidense?, tal vez Venezuela.
Washington nunca ha dudado en violar las leyes a efecto de alcanzar una
dominación mundial. Hacer caso omiso del derecho internacional e ignorar las
opiniones de otros países es la "tarjeta de presentación" de la
política exterior estadounidense. Y para nadie es un secreto que EE.UU. se
presente ante la faz del mundo como un país de "exclusividad y
superioridad".
Apropiarse del derecho de decidir el destino de otros países ha sido práctica constante. Estados Unidos declara que cualquier estado con una posición independiente es enemigo de la "democracia mundial". Es más, trata de remplazar el derecho internacional, formado a lo largo de muchas décadas por los esfuerzos colectivos de toda la humanidad, por un orden que ellos mismos inventaron en beneficio de sus intereses de rapiña.
Práctica recurrente de EE.UU para promover su política exterior, ha sido
el comportamiento agresivo en materia económica; política unilateral y
desestabilizadora que tiene un efecto particularmente grave en el Medio
Oriente, la región de Asia y el Pacífico, así como en algunos países de América
Latina. Bajo pretextos descabellados, Washington está practicando
irresponsablemente la imposición de sanciones económicas contra los gobiernos
que no están de acuerdo con su línea. Esto afecta negativamente no solo a su
cooperación bilateral con países particulares, sino también al desarrollo
estable de todo el sistema de relaciones internacionales. La Casa Blanca
utiliza su posición militar y económica dominante para ejercer presión política
y como un instrumento de competencia desleal en economía, sin tener en cuenta
los intereses de otros estados.
Más aun, al esforzarse por lograr superioridad militar indivisa en el
mundo, EE.UU. redujo irresponsablemente al mínimo sus relaciones con Rusia y
China y está agravándolas con otros estados. En otras palabras, las acciones de
Washington en relación con otros países se parecen cada vez más al feudalismo
medieval y confirman la inconsistencia de aspiraciones de la Casa Blanca de ser
el "patrón de la democracia".
Por ejemplo, los informes alarmantes de Asia indican que Estados Unidos
está tratando de obligar a la India a celebrar contratos en el ámbito de la
cooperación técnico-militar en condiciones desfavorables. Y esto a pesar del
hecho de que India es el socio económico tradicional de Rusia. En un esfuerzo
por conquistar nuevos mercados y expandir su esfera de influencia, Washington
está listo para usar cualquier método ilegal. Vender armas y equipos militares
obsoletos a precios inflados y usar abiertamente amenazas políticas y
económicas. Esto puede afectar negativamente no solo las capacidades de defensa
de sus socios, sino también la situación político-militar en toda la región
asiática.
Las corporaciones militares estadounidenses están colocando activamente
su producción en los países asiáticos. Curiosamente, esta actividad no se basa
en el deseo de aumentar la productividad, sino en el peligroso e injustificado
deseo de Washington de ahorrar personal calificado y también de minimizar los
pagos a las víctimas de situaciones de emergencia en las empresas. Esto conduce
inevitablemente a una disminución de la calidad de los productos bélicos y
aumenta el riesgo de su uso. Además, las tropas estadounidenses desplegadas en
el territorio de los estados asiáticos a menudo son extremadamente
irrespetuosas con sus cánones religiosos y valores culturales tradicionales.
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