La política internacional de los Estados Unidos en la era Donald Trump
se inaugura con el lanzamiento de misiles a la base aérea Shayrat, en Siria, lo
que aumenta la lista de crímenes internacionales de guerra y que ensombrece el
futuro inmediato de paz en el orbe y, particularmente, en el Medio Oriente.
Según reportes de medios a nivel mundial, el 7 de marzo, desde una zona
del Mar Mediterráneo, barcos de guerra norteamericanos han lanzado 59 misiles
‘Tomahawk’ a la base de la fuerza aérea Shayrat en Siria. El pretexto de la
operación bélica era la respuesta brusca del supuesto ataque químico del
ejército sirio en la provincia de Idlib.
Con esta acción, Donald Trump, transformó radicalmente la política
exterior de los Estados Unidos en Siria. Washington, en vez de escoger el
camino del diálogo, prefirió el equivocado, el de la operación bélica,
imposibilitando la forma de arreglar el conflicto en la república árabe de
manera civilizada.
Meses atrás, el jefe de Casa Blanca manifestó que él está en contra de
la intervención activa de los EE.UU. en los conflictos internacionales, y, por
el contrario, expresó su deseo de concentrar la atención en la solución de los
problemas económicos y otros aspectos al interior de su país.
Antes de posesionarse como presidente, Donald Trump negó cualquier
posibilidad de participación de las tropas de los EE.UU. en la guerra en Siria.
Sin embargo, durante una entrevista publicada recientemente, declaró que cambió
su parecer debido a la política del presidente sirio Bashar Asad, a quien le
inculpa por el ataque químico a la ciudad el Jan-Sheijun en la provincia de
Siria Idlib.
Los consejeros de Donald Trump, según comentarios de prensa, explicaron
que los problemas mundiales eran sus problemas, por lo que no era razonable dar
las espaldas a la problemática conflictiva.
Al respecto, los oponentes del presidente Trump lo acusaron de
inconsecuente por el plan direccionado a intereses estadounidenses. Por
ejemplo, el congresista-demócrata Ted Lieu ha subrayado que Trump durante la
campaña electoral prometió retirar las tropas de EE.UU. de otros países. Pero
en realidad sus acciones en Siria, Irak y Yemen muestran que él es militarista.
El senador republicano Rend Paul ha denotado que las acciones militares son
ilegales porque para el presidente antes de realizarlas era obligatorio recibir
la aprobación del Congreso de los Estados Unidos.
Las operaciones militares de los EE.UU. y sus intervenciones en la
región del Medio Oriente, según R. Paul, de ninguna manera han mejorado la
seguridad norteamericana, por lo contrario, han permitido la escalada de
conflictos armados en el mundo.
Según opiniones de expertos internacionales, los numerosos ataques de
cohetes de Estados Unidos a la base aérea de Siria han sido calificados como
“crímenes de guerra”, asimismo a un sinnúmero de operaciones militares
planificadas con antelación.
Es evidente que la preparación de tal golpe duraba mucho tiempo, se
requiere mucho trabajo, reconocimiento, planificación y preparación completa de
cohetes para el ataque, sostuvieron los expertos en política internacional.
Para especialistas en temas bélicos, la decisión de lanzar cohetes a
Siria había sido tomada en Washington mucho tiempo antes de que surgieron las
explosiones químicas en la provincia de Idlib. Este crimen de guerra no era la
acción por responder a un problema concreto.
“Tomando en cuenta que la cantidad de misiles ‘Tomahawk’ lanzados eran
59 y cada uno de ellos tiene costo cerca de 2 millones de dólares, la
eficiencia real del ataque era mínima o vergonzosa. Pocos misiles han logrado
al blanco. Si la tarea era la destrucción de la base aérea, este ataque resultó
inútil”.
En relación de las causas verdaderas del aumento de la actividad
militar de los EE.UU. en Siria y el viraje tan radical en la política siria,
Washington ha mostrado que trata de ocultar los errores de política
internacional de Trump, cometiendo la infracción del derecho internacional y la
agresión directa contra un estado soberano. Según la estrategia de la
propaganda norteamericana, la intensificación de la actividad en Siria
permitiría al presidente de los EE.UU. que él distraiga la atención de los
fracasos de su política interna: el fiasco de anular el sistema del seguro
médico de Obama, los problemas migratorios - los tribunales americanos declinan
establecer la prohibición de entrar en los Estados Unidos para musulmanes, el
rating del Trump sigue bajando...
Según los politólogos estos problemas puedan ser alejados al segundo
plano después del ataque en Siria.
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