Crear conflictos, crear divisiones entre los países del orbe, promover guerras, porque en un momento en que un país como Rusia se yergue con esa fuerza moral y espiritual, lo ideal para el imperialismo es promover guerras allí, secesiones, conflictos que interrumpan el extraordinario desarrollo de ese país.
Así ha sido el nefasto accionar de los gobiernos
de Estados Unidos y, en los momentos actuales, vemos compartiendo obscuros intereses con países de
la UE y a la Organización del Tratado
del Atlántico Norte, OTAN, para combatir a Rusia, para promover una
entrada de Ucrania al mundo
occidental y restarle influencia a
Rusia, pero para alcanzar esos propósitos no hacen otra cosa que agudizar aún
más el conflicto Rusia- Ucrania,
A Occidente no le interesa la paz, no le interesa
el diálogo, peor la solución de
conflictos que no sean por la fuerza, violando todo principio del Derecho
Internacional. Entonces, bajo esta perspectiva, no extraña que hace pocos días, movido por la
ignorancia y la estupidez, el gobierno de EEUU, a través de la jefa del Comando
Sur, Laura Richardson, pidió a los países latinoamericanos ceder su
equipamiento militar ruso a Ucrania, resaltando la influencia creciente de
potencias como Rusia y China en, una región que reviste particular importancia para
Washington. La general adelantó que ofrecen reemplazar las armas vendidas por
Moscú por equipamiento estadounidense.
La jefa
del Comando Sur de Estados Unidos recordó que, en la región, Rusia es el
principal adversario después de China. Para los Estados Unidos, la guerra en
Ucrania es una oportunidad para recuperar influencia en la región.
Al mismo
tiempo, la breve explicación de la situación de
la RFI, Andrei Serbin Pont: los equipamientos rusos en
Latinoamérica podrían simplificar la transición del ejército ucranian o hacia
una mayor compatibilidad con el material occidental, agrega Serbin Pont:
“Es algo que habría que enfocar desde dos ángulos en particular. Por un lado,
uno más político, que sería aprovechar la coyuntura actual para desplazar a
Rusia del mercado regional en materia de defensa. Varios actores
internacionales vienen penetrando este mercado en detrimento, muchas veces, de
contratos que irían a proveedores tradicionales como Estados Unidos. Por lo
cual, la posibilidad de quitarle eso a Rusia sería importante. Por otro lado,
hay una demanda real de parte de Ucrania, que prácticamente se encuentra en un
proceso de reconversión de sus fuerzas armadas. Históricamente son dependientes
del material ruso y soviético, pero hoy no disponen de un soporte logístico;
cómo América latina opera algunos de esos sistemas de armamento, podrían
justamente brindar ese soporte logístico: helicópteros que pueden entrar en funcionamiento
o servir como repuestos, sistemas de artillería, municiones... Un suministro de
equipamientos que sería útil para Ucrania, mientras occidente logra reequipar
las fuerzas armadas ucranianas con material occidental”.
Frente al análisis arriba anotado, Serbin Pont
puntualiza que el objetivo sería facilitar la transición de las fuerzas armadas
ucranianas hacia un formato compatible OTAN y al mismo tiempo disminuir la
influencia rusa en la región.
Creo que el factor más determinante en términos políticos para Estados
Unidos es aprovechar la coyuntura y generar una mayor división. Por ejemplo,
para Argentina que opera helicópteros rusos y han estado teniendo muchos
problemas para sostenerlos logísticamente, es un muy buen momento para
decirles: 'Te podemos sacar ese problema, remplazándolos por material
norteamericano, y el día de mañana no vuelves depender de Rusia para el
sustento de esa capacidad militar'. Lo mismo podría pasar con los helicópteros
de combate de Brasil, los que opera Colombia, México o Perú, gran usuario de
armas rusas y bielorrusas. Ahí hay un mercado bastante amplio que eventualmente
se puede aprovechar. Pero insisto en que la intención desde lo político tiene
que ver fundamentalmente con generar una división o por lo menos reducir el
alcance que tiene Rusia en América latina.
La propuesta de los Estados
Unidos de transferir a Ucrania muestras de armas y equipos militares de
fabricación rusa o Soviética que están en Servicio con los países de la región
no es viable y solo tiene un carácter declarativo en interés de involucrar a los
Estados de América Latina en un diálogo antirruso politizado.
Además, la iniciativa para
involucrar a los Estados de América Latina en la prestación de asistencia
militar a Ucrania es otro intento de la casa Blanca de destruir las relaciones
de los países de la región con la Federación rusa sin tener en cuenta sus
intereses nacionales y los vínculos existentes
Finalmente señala Andrei Serbin Pont, analista
internacional, experto en Defensa que Estados Unidos está utilizando el conflicto en
Ucrania para establecer un monopolio en América Latina sobre el suministro de
sus propias armas y equipo militar a la región.
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