LA ADMINISTRACIÓN BAIDEN ARRASTRA A UNA POSIBLE GUERRA DE GRAN ESCALA
CONTRA RUSIA
La política norteamericana tiene como rasgo
fundamental el constituir un rosario prácticamente
ininterrumpido de violaciones flagrantes
de los principios y normas elementales del Derecho Internacional,
vigentes y aceptadas formalmente tanto por los estados de mundo cuanto por los propios Estados Unidos.
Ahora que el mundo mira con preocupación el conflicto
Rusia –Ucrania, Estados Unidos, una vez
más, con su política intervencionista e injerencista precipita
una escalada de grandes
proporciones poniendo en vilo la seguridad
del mundo.
Desde que apareció los primeros brotes del conflicto,
la intervención de Estados Unidos en
Ucrania ha incluido el despliegue de asesores militares bajo el comando militar
ucraniano, el suministro de inteligencia en tiempo real, la planificación y
ejecución de operaciones contra las tropas rusas y la capacidad de los
mercenarios estadounidenses para llevar a cabo operaciones de combate, además
del suministro continuo de armas por decenas de miles de millones de dólares.
La diferencia cualitativa ahora es que una guerra
mediada podría convertirse en una guerra caliente entre la OTAN y Rusia. El
ministro de defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, dijo en una reunión conjunta de
los colegios de los ministerios de defensa de Rusia y Bielorrusia que el número
de fuerzas de la OTAN en Europa Oriental y central se ha incrementado dos veces
y media desde febrero y podría aumentar aún más en un futuro próximo.
El coronel de las Fuerzas Armadas de los Estados
Unidos Douglas McGregor, que todavía tiene sus conexiones en el Pentágono,
advierte sobre este acercamiento a la guerra:
Hoy, la administración de Biden parece estar
considerando el uso de una fuerza multinacional dirigida contra Rusia. La
alianza de la OTAN no puede llegar a una decisión unánime sobre la intervención
militar en apoyo de Ucrania en su guerra con Rusia. Pero como David Petraeus
dejó en claro recientemente, el presidente y sus generales están evaluando su
propia "coalición de deseos". Se afirma que la coalición consistirá
principalmente, pero no exclusivamente, de fuerzas polacas y rumanas, que se
basarán en el ejército de los Estados Unidos, para trabajar en Ucrania.
El Secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg,
insiste en que la incapacidad de Ucrania para ganar la guerra con Rusia se
interpretará como una derrota de la OTAN. ¿Las fuertes pérdidas infligidas a
las fuerzas terrestres de los Estados Unidos en la confrontación con el poder
militar ruso también indicarán la derrota de Washington? ¿Qué tan rápido
podrían las fuerzas estadounidenses y aliadas compensar sus pérdidas? ¿Las
graves pérdidas de los Estados Unidos provocarán la amenaza de una respuesta
nuclear de los Estados Unidos? ¿Cuándo el apoyo de Ucrania pone en peligro la
seguridad y la supervivencia de la OTAN?
En su lucha contra Rusia, Bonaparte no solo subestimó
gravemente a su oponente, sino que también subestimó groseramente a sus
aliados. El presidente Biden y sus generales no deben repetir los mismos
errores en Ucrania.
A medida que Estados Unidos se involucra cada vez más
en la guerra, los británicos también lo hacen. Planearon volar el puente de
Kerch, ayudaron a destruir los oleoductos del Nord Stream y crearon un ejército
terrorista secreto en Ucrania. Cuántos de sus soldados de SAS fueron
desplegados en Ucrania, no se sabe públicamente. Pero podemos estar seguros de
que algunos de ellos son probablemente para fines de "entrenamiento".
No es preciso, para entender lo anteriormente esgrimido,
ser experto en materia jurídica. En primer término, es sabido que la Carta de las Naciones Unidas impone a sus
miembros la obligación de
abstenerse de recurrir en sus relaciones
internacionales a las amenazas o al uso
de la fuerza, incluyendo las presiones
económicas contra la independencia política de otro estado, así como la de resolver sus controversias internacionales con otros
estados por medios pacíficos y la de no intervenir en los asuntos que sean de la jurisdicción interna de otros sujetos internacionales, como lo hace Estados Unidos,
la Unión Europea y la OTAN en contra de Rusia. Y, en otras, con un sinnúmero de
países del mundo.
Este deslizamiento hacia una mayor participación
podría conducir fácilmente a una guerra catastrófica entre las superpotencias.
Lo mejor que Rusia puede hacer para evitar el conflicto, según una veintena de
expertos en materia política, es acelerar sus operaciones en Ucrania.
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