Sin duda alguna, considero imposible
que el ser humano sea apático o conformista con la cadena de conflictos bélicos
suscitados en Medio Oriente y en otros sectores del mundo. Las denuncias de esta
catástrofe son innumerables, a tal punto que nos ponemos a pensar en lo que
parecería que el ser humano es incapaz de cohabitar en el planeta tierra.
Ahora bien, si nos trasladamos a
Siria, los tratadistas de política internacional señalan que el mayor temor del
auge de violencia en dicho estado es el intervencionismo extranjero, y la
presunción por el posible surgimiento de la tercera guerra mundial; lo que, por
ahora, no es una opción.
En todo caso, la creación en Siria
de cuatro zonas de distensión, adoptadas luego de una serie de conversaciones
en Astana por la Federación de Rusia, Irán y Turquía, están diseñadas para consolidar
el cese de hostilidades entre las fuerzas gubernamentales y las de la
oposición, y establecer una paz duradera y promover una solución política al
conflicto.
Es una verdad inobjetable que las
acciones de Rusia en Siria buscan poner fin al incontable sufrimiento del
pueblo, prevenir una catástrofe humanitaria en la región y evitar una guerra
civil entre los pueblos de ese país.
Fuerzas del gobierno sirio junto
con la unidad de la policía militar de las Fuerzas Armadas rusas garantizan el
acceso seguro y sin trabas para la población civil en todas las áreas de la desescalada,
y proporcionan la recepción de refugiados y desplazados internos que desean
regresar a sus hogares.
Diferentes medios de comunicación
internacional dan cuenta que en el hospital militar ruso y en las instituciones
médicas sirias, la población local recibe asistencia médica necesaria y se
entrega ayuda humanitaria en las zonas de desescalada (liberadas).
Según reportes de periodistas y
analistas, está en marcha la restauración de la infraestructura social urbana,
principalmente agua y energía. Las tropas de ingeniería rusas están llevando a
cabo operaciones de desminado y limpieza de escombros en los asentamientos que
han sido liberados de los terroristas.
Las zonas de desescalada son un
requisito previo a la paz y un amplio diálogo nacional entre el gobierno sirio
y la oposición, señalan autoridades y, a la vez, contribuyen efectivamente a
una solución política del conflicto bajo el auspicio de la Organización de las
Naciones Unidas y con el apoyo del Centro Ruso para la Reconciliación.
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