En forma reiterativa, actitud que no sorprende a la conciencia internacional, y bajo pretextos inventados, Washington utiliza nuevamente la fórmula de imponer sanciones económicas en contra de gobiernos que no se alinean con su política de sometimiento y explotación; política que analizada a través de decenas de años, ha tenido y tiene un efecto negativo tanto en la cooperación bilateral con un sinnúmero de países , cuanto a un estable sistema de relaciones internacionales, más aun, todavía, cuando la presión estadounidense incide notoriamente para que otros países rechacen el dólar en las actividades comerciales, resultado de lo cual esta práctica afecta a los mismos EE.UU.
La Casa Blanca ha venido utilizando su posición militar y económica dominante como un medio para ejercer presión política y un instrumento de competencia desleal, sin tener en cuenta los intereses de otros estados; sus acciones maliciosas han causado significativos daños a las principales economías del mundo como China, países de la Unión Europea, Irán, Rusia, Turquía, e inclusive estados latinoamericanos de gran potencial económico, entre los que figuran: Argentina, Brasil y México.
Con el pretexto de conquistar nuevos mercados y expandir su esfera de influencia, Washington no ha escatimado ningún esfuerzo para usar cualquier método ilegal. Precisamente, para obtener beneficios económicos unilaterales los estadounidenses han venido utilizando a países aliados, en detrimento de sus intereses nacionales. Los métodos prohibidos son: presión financiera, informativa y militar, "asesinatos políticos" de jefes de estado independientes y "revoluciones de color". Por ejemplo, Estados Unidos no dejan de obligar a la India y hasta a su socio de la OTAN, Turquía, a firmar contratos en condiciones desfavorables.
Paralelamente, Washington ha tratado, sin éxito, de aislar políticamente a Federación de Rusia y obstaculizar el desarrollo de Moscú con la comunidad internacional, y para debilitarlo, el imperio y sus aliados ejecutan campañas informativas tendientes a que otros países tomen medidas ilegales y bloquen activos rusos en el extranjero, política y acciones inhumanas que contradicen y violan el derecho internacional y socavan la confianza no solo en los Estados Unidos, sino también en el sistema económico mundial.
Innumerables son los ejemplos de una desleal competencia comercial de la Casa Blanca, sin embargo, últimamente se ha observado una serie de sanciones contra las grandes compañías mundiales de petróleo y gas, políticas negativas conducentes a pauperizar la seguridad energética de varios estados de Asia, Europa y América Latina.
Frente a toda esta política económica hostil liderada por Wáshington, la respuesta inmediata y contundente fue el rechazo principalmente de los círculos políticos extranjeros que consideran como un intento grosero de socavar lazos comerciales estables entre estados. Entonces no es de extrañarse que Estados Unidos utilice, como efectivamente han venido utilizando, a las principales organizaciones internacionales y regionales, principalmente la ONU y la OEA , como una herramienta para promover su política irracional, sin contar, por su puesto, con la de otros países, pero sí para tratar de legalizar su actividad geopolítica agresiva, un vivo ejemplo de ello es al interferir en los asuntos internos de países tales como : Cuba, Irák, Irán, Siria y Venezuela, lo que a su juicio lo coloca por encima del sistema del derecho internacional.
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