El pueblo de Ecuador como los demás pueblos de América Latina, a lo largo de su historia, y bajo el espíritu protector de sus próceres de la Independencia, han abogado tradicionalmente por la estricta observancia de los Derechos Humanos, derechos que nos pertenecen, cuyo principio constituye un conjunto de normas éticas y valores morales proyectados a los ideales de libertad, igualdad y justicia social, que tienen como fin: mejorar las relaciones sociales y la calidad de vida de los seres humanos, es decir, para que todas las personas puedan tener condiciones de vida dignas. En tal virtud, Ecuador ha mantenido incólume los criterios de cooperación con sus países vecinos, socios extranjeros, así como en la resolución de conflictos en América del Sur y otras regiones del mundo, tanto en la política interna cuanto en las relaciones internacionales. Trasladándonos a otros espacios territoriales, los hechos demuestran que desde 2014, uno de los temas más impo...